Skip to content

Las Bienaventuranzas: los pacificadores


Serán llamados hijos de Dios

»Busque la paz y sígala.« —I de Pedro 3:11


S egún el diccionario, la palabra pacificador es uno que “pacifica o restablece la paz.”  Viviendo en un mundo donde existen tantas guerras, pleitos, discordias, celos y envidias, si algo se necesita son los pacificadores. Especialmente en el hogar y en la iglesia. Es donde debemos enfocar nuestro tema.

»Bienaventurados los pacificadores,
porque ellos ellos serán llamados hijos de Dios.«
—Mateo 5:9

Para ser pacificadores es necesario amar la paz, no la guerra o los pleitos. Por cierto, que una de las cualidades para ser obispos es “no pendencieros” (no pleitistas): I a Timoteo 3:3. El apóstol Pablo también dijo que debemos procurar vivir en paz con todos los hombres, aunque a veces no es posible, pero que no sea por culpa nuestra. Por eso Pablo dice: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” – Romanos 12:18. También dice en Hebreos 12:18: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” — El apóstol Pedro añade: “…Busque la paz y sígala.”  I de Pedro 3:11. Los cristianos debemos amar la paz. Si no es así, no podremos ser pacificadores.

Al hablar de los pacificadores no podemos pasar por alto el hacer notar que Cristo Jesús fue un gran pacificador. El vino a este mundo para restablecer precisamente la paz entre Dios y los hombres. El apóstol Pablo dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”: Romanos 5:1. Cristo vino para reconciliar a los hombres con Dios, lea sobre eso en II a Corintios 5:18-20 y Efesios 2:14-18. Pero se hace necesario que aceptemos, que querramos obedecer sus mandamientos para que pueda haber paz con Dios. Lamentablemente este es el problema que muchos no quieren ser obedientes al evangelio de Cristo. Esta es la batalla, la labor de los pacificadores, de los quepredicamos el evangelio, convencer a los pecadores, que tengan la fe viva (no la muerta),  que arrepientan, se bauticen para el perdón de sus pecados, y le sirvan a Dios, en otras palabras, que vengan a estar en paz con Dios.

Los pacificadores se necesitan en aquellos hogares donde no hay paz ni armonía entre las parejas y entre los padres e hijos. La gran labor de los pacificadores consiste en enseñar los preceptos establecidos por Dios, que se deben obedecer en el hogar. Leamos cuuidadosamente los siguientes pasajes: Efesios 5:21-25, 28, 31, 33; Colosenses 3:18, 19; I a Corintios 7:2-5, 10-16; I de Pedro 3:1-7. A los hijos debemos enseñarles lo que dice en: Efesios 6:1-4; Colosenses 3:20; II a Timoteo 2:22; Eclesiastés 11:9-12:1; Proverbios 6:20-24; etc.

Los pacificadores se necesitan en la iglesia, porque casi siempre hay hermanos que son carnales y son causantes de los problemas. Qué triste es ver y oír de los conflictos y separaciones(divisiones) que hay en algunas iglesias locales. Tenemos que enfatizar mucho nuestro amor a Dios y a los hermanos. Demos una seria consideración a los siguientes pasajes: Mateo 22:37-40; Juan 14:15; I de Juan 5:2-3; Santiago 3:13-18; Filipenses 2:1-4; etc.

Los pacificadores son los que enseñan a aqullos que tiene odio o rencor en sus corazones, o deseos de venganza, a quitar eso de sus corazones. Efesios 4:31-32; Romanos 12:18,19.

Hermanos, roguemos a Dios que nos ayude a ser pacificadores.

—Roberto V. Spencer


                                                             

Leave a Reply