Palabra fiel:
Si alguno apetece obispado, buena obra desea—
»Por esta causa te dejé en Creta« —1 Tito 1:5
[2col1]PABLO ESCRIBE a Tito y le menciona los requisitos para ser ancianos (u obispos) como a Timoteo (I, 3:1-7), eso implica que era (y es) un asunto muy importante que se establecieran ancianos. Había iglesias en la isla de Creta que no tenían ancianos, y también ahora en el siglo 21 hay muchas iglesias de Cristo, especialmente entre las de habla hispana que no tienen obispos. Pablo dice que eso era “deficiente” ( o sea, defectuoso, incompleto). Y así como a Tito se le mandó que corrigiese esa deficiencia, también a nosotros los predicadores de este tiempo debemos hacerlo. Debemos de dar mucha enseñanza sobre este asunto a las iglesias para lograr que se establezcan ancianos (u obispos) en cada iglesia local.
¿Por qué lo deficiente?
Cuando una iglesia no tiene ancianos (ni diáconos) está incompleta su organización. Es necesario que haya obispos en cada iglesia local porque ellos son los que apacientan, o sea, son los que cuidan que la enseñanza que se imparte sea la que ayude en la edificación de la iglesia, son los que cuidan que no se introduzcan falsas doctrinas por los falsos maestros (Hechos 20:28-29), son los que velan que los miembros de la iglesia anden fieles al Señor (Hebreos 13:17), son los que ayudan a evitar divisiones, y a que no haya “Diótrefes”, o sea, predicadores que quieran controlar a los demás miembros de la iglesia (III de Juan 9-10).
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Tito 1
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; 6 el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. 7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administra-dor de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, 8 sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, 9 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza a los que contradicen.
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irreprensible—
Pablo menciona dos veces la palabra “irreprensible”, en los vv. 6 y 7. La palabra significa: “Que no merece reprensión,” que es “irreprochable, como dice en la Versión Valera 1995. Debe ser un hermano cuya manera de vivir es tan correcta en su relación con el hogar, por ejemplo, tiene una sola esposa, y sus hijos le tienen gran respeto, y son obedientes a sus órdenes. El muestra que sabe dirigir bien el hogar. Lo mismo en su relación con la iglesia, por ejemplo, muestra que sabe administrar bien los actos de adoración y en todo lo relacionado con la obra de la iglesia.
no soberbio—
Significa: “No obstinado”, porfiado, intratable, orgulloso, arrogante o presuntuoso. El Diccionario de W. E. Vine dice que se refiere a “uno que es dominado por su propio interés, sin mostrar consideración alguna hacia los demás.” Hombres que tengan este defecto (soberbios) nunca deben ser elegidos para ser obispos. Los hermanos y hermanas que son fieles al Señor no tienen este defecto. ¡Debemos evitar ser soberbios!
Leamos referencias: Proverbios 15:25: “Jehová asolará la casa de los soberbios…” Santiago 4:6: “… Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” Leamos el caso del rey Nabucodonosor, que fue un hombre soberbio, en Daniel 4:10-26, 29-37. El mismo dijo al final: “Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.”
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[2col2]no iracundo—
El hombre que es iracundo, es el que es propenso a la ira, es el que es irascible, colérico, furioso. La ira es la pasión del alma que mueve a la indignación, el enojo, al deseo de venganza, sea justa o injusta. En Proverbios 15:18 dice: “El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.” Y en Proverbios 21:19: “Mejor es morar en tierra desierta Que con la mujer rencillosa e iracunda.”
Proverbios 29:22: “El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.” El apóstol Pablo le escribió a Timoteo (I – 2:8): “quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” Y el hermano Santiago añade: “Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (1:20).
Imagínense, el gran daño que causará en la iglesia, cuando uno de los obispos es iracundo. Si ni los miembros en general, hermanos o hermanas, debemos ser iracundos, mucho menos los que van a ser elegidos para ser obispos. Roguemos a Dios que nos ayude a vencer esa pasión carnal, si la tenemos. Así que no debemos elegir para ser obispo a un hermano que es iracundo, que de inmediato se llena de ira, a la menor provocación.
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Los siguientes requisitos que Pablo también los menciona en
I a Timoteo 3:3—
no dado al vino—
Debemos entender que el hermano que va ser obispo, no debe gustarle tomar vino (o cerveza) para emborracharse. La borrachera es un vicio condenado en las sagradas Escrituras. En Habacuc 2:5 dice: “Y también el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá;…” I a Corintios 6:10 dice: “ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, … heredarán el reino de Dios.” Así que el hermano que quiere ser obispo no debe gustarle ser borracho.
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no pendenciero—
Significa que no debe ser “amigo de peleas”, de riñas. Debe ser un hombre que puede controlar su temperamento, que no querrá dar golpes a otros que lo provoquen a pelear. Pablo dice más adelante en Tito 3:2: “Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando mansedumbre para con todos los hombres.”
no codicioso de ganancias deshonestas—
Significa que no debe querer obtener ganancias por medio de negocios “chuecos”, por medios ilegales. No ser hombre avaricioso.
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hospedador—
Esta palabra en griego significa: “amigo de extraños o extranjeros”, hospitalario. Pablo dice que el hermano Gayo era su hospedador: “Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia.” (Romanos 16:23). Y por lo Pablo dice, Filemón también era hospedador. Pablo tuvo la confianza de pedirle: “Prepárame también alojamiento, porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.” (Filemón 22).
amante de lo bueno—
Esta frase, “amante de lo bueno”, viene de la palabra griega: PHILAGATHON (Phil = amor y agathon = bueno). En el Nuevo Testamento solamente en Tito 1:8 viene esta frase. En inglés dice: “a lover of what is good”, o “loving goodness”. Este es un requisito muy importante que deben tener los hermanos que van a ser obispos. Ciertamente no deben ser: “Aborrecedores de lo bueno” (II a Timoteo 3:3). Deben ser hombres que aprecian lo bueno en las demás personas; que cuando ven buenas cualidades en los hermanos o que hacen alguna buena obra, los estimulan, les dan palabras de ánimo. Deben ser hermanos que simpatizan con todo lo que es bueno. Aquí cabe recordar lo que dice en Filipenses 4:8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Y Pablo dice en Romanos 12:9: “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” En realidad todos los cristianos debemos ser amantes de lo bueno y aborrecedores de lo malo, de todo lo que va en contra de Dios.
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sobrio—
Significa que debe ser un hombre: “de mente sana, saludable, cuerdo, razonable, sensato, equilibrado, serio o templado.” En la obra de la iglesia siempre es necesario hacer decisiones sabias, para el bien de la Causa de Cristo, por eso se requiere que los que son obispos sean sobrios.
justo—
Es muy importante que el hermano que va ser escogido para ser obispo, tenga este requisito. Al ser justo en el trato con los demás, obrará con imparcialidad; no será parcial. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo… que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad.” (I a Timoteo 5:21). El hermano que es obispo, estará interesado en aquellos que le rodean y será considerado y cuidadoso en tratarlos con justicia. Si es un patrón o amo les pagará a sus trabajadores lo que es justo y no los maltratará. Veamos lo que dice en Colosenses 4:1: “Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.” – Pero notemos que también a los siervos o trabajadores se nos dice: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios… Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.” (Colosenses 3:22-25). Dios estima o se agrada del que hace justicia, del que es justo. Notemos lo que Pedro en Hechos 10:35: “sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.”.
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santo—
Significa uno que es apartado de lo malo, del pecado, y que fielmente le sirve a Dios. Es el hermano que no deja que el pecado reine en su cuerpo. Así dice en Romanos 6:12: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias.” El apóstol Pedro también dice: “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.” (I de Pedro 1:14-15).
dueño de sí mismo–
En inglés dice: “Temperate” (moderado). En griego: ENKRATES, y se refiere al hombre que es dueño de sí mismo; que se controla a sí mismo. En la Versión Moderna dice: “templado,”. Significa que es un hermano que tiene control de sí mismo. Es uno que tiene la habilidad y el poder de controlar su conducta y su lengua. Es ser templado o que tiene dominio propio. En II de Pedro 1:6 dice: “Añadid a vuestra fe … virtud, …conocimiento, … dominio propio…” El apóstol Pablo dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (II a Timoteo 1:7). – Lea referencia en Hechos 24:25.
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retenedor de la palabra fiel tal como
ha sido enseñada—
Significa que debe ser un hermano que guarda o se apega a la palabra de Dios fielmente como la enseñaron los apóstoles en el siglo primero. Que no se desvía de la verdad. Los hermanos que van a ser obispos deben vigilar que en la iglesia no se enseñe o se practiquen cosas que no están escritas en la palabra de Dios. Deben recordar siempre lo que Pablo le decía a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, … que usa bien la palabra de verdad.” (II a Timoteo 2:15). Pablo alabó a los corintios diciéndoles: “Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué.” Y más adelante les dice: “por lo cual asimismo, si retenéis la palabra que os predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.” (I a Corintios 11:2; 15:2). A los tesalonicenses también les dijo: “Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.” (II a Tesalonicenses 2:15). Y a Timoteo le dijo:
“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.” (II a Timoteo 1:13).
Este requisito es muy importante tenerlo, porque así los hermanos que van a ser obispos, podrán exhortar con sana enseñanza y lograr convencer a los que contradicen la palabra de Dios.
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Hermanos, roguemos a Dios que nos ayude a lograr tener estos requisitos y así podamos ver con el tiempo que haya más iglesias de Cristo
de habla hispana, que tengan ancianos u obispos y por ende también diáconos.