»Sino el Guardar los Mandamientos de Dios«
»La circuncisión nada es, y—
la incircuncisión nada es,
sino el guardar los mandamientos de Dios« –I a Corintios 7:19
Texto: I a Corintios 7:19.
Este bosquejo fue publicado originalmente en el boletín: La Espada, en Noviembre de 1968,
de la iglesia de Cristo, Nayarit # 340 Ote.,Reynosa , Tamps., México.
Introducción
En otras palabras, el apóstol Pablo dice que lo importante es el guardar u observancia de los mandamientos de Dios.
I.- LOS QUE NO GUARDAN LOS MANDAMIENTOS DE DIOS :
1. Son los que no lo aman (Juan 14:24).
2. Son los que aman más las tinieblas, porque sus obras son malas (Juan 3:19) .
a) Muchos no quieren ni que se les hable de la Palabra de Dios.
b) Hay hermanos y hermanas que a veces dejan de guardar los mandamientos; dejan de asistir a los servicios; no quieren se les exhorte, porque no quieren guardarlos.
3. Jehová Dios pregunta: >”¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?”< (Exodo 16:28).
II.- LOS QUE SE ESFUERZAN EN GUARDAR LOS MANDAMIENTOS:
1. Dirán como David (en Salmo 119:60): ” Me apresuré y no me retardé En guardar tus mandamientos.”
2. Son sabios y prudentes (Salmo 107:43; Mateo 7:24-27).
3. Lo hacen porque conocen a Dios (I de Juan 2:3; Juan 17:3).
4. Lo hacen porque aman a Dios (I de Juan 5:3; Juan 14:15, 21).
5. Lo hacen porque quieren ser ejemplos, para que otros los guarden también (Juan 15:20; I a Tesalonicenses 1:6-10).
III.- LAS PROMESAS A LOS QUE LOS GUARDAN:
1. “y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Exodo 20:6).
2. “Cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos,” (I de Juan 3:22).
3. “… En guardarlos hay grande galardón y bienaventuranza (Salmo 19:7-11; Apocalipsis 1:3).
4. “… nunca verá muerte” (Juan 8:51). Por el contexto es evidente que no se refirió a la primera muerte (Hebreos 9:27), sino a la segunda muerte (Apocalipsis 21:8).
Conclusion:
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13).
— Roberto V. Spencer