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¡Sigamos el ejemplo! “¿Qué haremos?”


Debemos preguntar

Debemos obedecer—



Estimados hermanos y amigos,

 

Los que oyeron el primer sermón predicado por el apóstol Pedro el día de Pentecostés, preguntaron: “Varones hermanos, ¿Qué haremos?” – Hechos 2:37.

La pregunta implica que ellos deseaban saber qué hacer para ser perdonados de sus pecados y llegar a ser salvos. La respuesta la encontramos en el siguiente versículo: (38) “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre (o sea, en la autoridad) de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis eldon del Espíritu Santo.”

El apóstol Pedro continuó diciéndoles, “con otras muchas palabras… les exhortaba… Sed salvos de esta perversa generación (v. 40). Y el resultado fue:”Los que recibieron la palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” (v. 41). Ellos preguntaron… Ellos obedecieron. ¡Sigamos el ejemplo!

En Hechos 16, tenemos otro caso muy interesante, fue el del carcelero que vivía en la ciudad de Filipos. Resulta que el apóstol Pablo y Silas, su compañero, habíansido puestos en la cárcel. Al carcelero se le había dado órdenes de “que los guardase con seguridad.” Y por eso él “los metió en el calabozo de más adentro, y lesaseguró (les apretó) los pie en el cepo.” A pesar del sufrimiento físico que han de haber tenido por los azotasos que les dieron con varas, comoquiera las Escrituras dicenque “a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; los presos los oían.” (v. 25).

En esa hora, dicen las Escrituras, que “sobrevivno de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían, y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.” (v. 26).

En esa hora,el carcelero estaba dormido y al despertar, viendo lo que había sucedido, dicen las Escrituras que, “sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido.”(v. 27).

Pablo en ese momento (podríamos decir) se convirtió en un gran amigo de este carcelero, pues le gritó diciéndole: “No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.”(v. 28). La reacción de este carcelero es lo que nos interesa: El carcelero preguntó: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”.

Preguntó, pero también obedeció. Al finalde la historia dice: “Y le hablaron la palabra del Señor, a él y a todos los que estaban en su casa. Y él tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas;y en seguida se bautizó él con todos los suyos.” (vv. 32, 33).

Seguramente que Pablo y Silas les explicaron que Jesucristo había dicho: “Id por todo el mundo y predicad elevangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el  que no creyere será condenado.” (Marcos 16:15-16)

El carcelero preguntó y obedeció junto con los suyos. – ¡Sigamos el ejemplo!:

 

—Roberto V. Spencer


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