El sol es un astro que tiene luz propia. El sol, envía rayos a la luna y, ésta los refleja a la tierra. Esto es una verdad científica. Pues así como la luna nos refleja, por decirlo así, al sol, así también nosotros, la iglesia, (e individualmente) podemos y debemos reflejar a Cristo que, en un sentido espiritual viene a ser como un sol, un sol eterno.

Jesucristo dijo en una ocasión: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12). Esto es Jesucristo: Luz al mundo. Si cada cristiano, y en conjunto toda la iglesia, nos esforzamos en seguir las enseñanzas de Jesucristo tal y como están reveladas en el Nuevo Testamento, y lo tomamos como ejemplo de nuestra vida, puedo decir con seguridad que estaremos reflejando a Cristo ante el mundo.

En el sermón de la montaña dijo Cristo a los discípulos que andaban con él y que seguían sus enseñanzas:

Vosotros sois la luz del mundo: Una ciudad asentada sobre un monte no puede ocultarse. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo del almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que estáen los cielos.  —Mateo 5:14-16

Aquellos discípulos son un ejemplo para nosotros. Hagamos buenas obras, practiquemos la Doctrina pura de Crsto, tratemos de asemejarnos a él, en la humlidad, la paciencia, la caridad y la templanza. Seamos dignos de llamarnos cristianos, y así, estaremos haciendo cumplir lo que Cristo dijo: “Vosotros sois la luz del mundo.” Estaremos haciendo lo mismo que aquellos discípulos del siglo primero… Reflejando a Cristo.

Roberto V. Spencer